Adolfo José Montilla Rodríguez es abogado y profesor en la UFT. “Es abogado, trabajó en Proyecto Venezuela, ejercía la profesión, era un hombre que cuidaba su apariencia. A veces reaccionaba violento con sus padres, pero no era una cosa del otro mundo.
Hace poco comenzó a comportarse distinto, decía que era el Arcángel Gabriel”, dijo a El Informador un vecino.
Policías de la Estación Policial La Sucre también conocieron del extraño comportar del hombre de 42 años, el único hijo de Alba Marina Rodríguez Montilla de 71 años y Adolfo Montilla de casi 90 años de edad, con quienes vivía en la casa 22-24 ubicada en la carrera 27A con avenida Andrés Bello. Adolfo José Montilla es divorciado, tuvo hijos con su primera pareja, pero en la actualidad estaba relacionado con una muchacha menor que él, según trascendió de algunos conocidos.
Poco antes de la 1:00 de la madrugada de este lunes, el abogado comenzó a golpear a su padre. Alba Marina intercedió y sacó a su esposo a la calle, protegiéndolo del ataque brutal. Adolfo también salió y en presencia de los vecinos, empujó a su padre, haciéndole caer en el suelo. Entró de nuevo a la casa y Alba Marina, después de ayudar a su esposo a ponerse en pie y dejarlo afuera, entró a la casa a tratar de controlar a su enloquecido hijo.
Decía que era el Arcángel
Los vecinos le dieron alojo al octogenario, cerraron la reja y llamaron a la Policía, denunciando que no lo dejaban entrar a su casa y que en la casa 22-24 se registra un caso de violencia intrafamiliar. Pero escasos minutos después, el abogado salió de la casa y trató de abrir la reja de la casa donde tenían a su papá. “Soy el Arcángel Gabriel, estoy haciendo justicia. Vengo a hacer justicia divina” dijo, al tiempo que se desabotonaba por completo la camisa clara, en la cual dejó calcadas las manos ensangrentadas, así como su pecho lleno de sangre.
“Insistió que era el Arcángel Gabriel, quería que le entregásemos al papá, pero como no pudo abrir la reja se fue”, contó una testigo referencial. Algunos dijeron que el abogado tiene un vehículo KIA así como una pistola con su respectivo porte, pero nada de eso cargaba y al huir, lo hizo a pie.
Cuando Adolfo se fue, un vecino entró a la casa con intenciones de prestarle auxilio a la septuagenaria, pero Alba Marina Rodríguez Montilla estaba muerta producto de tres puñaladas, la última en el pecho. Tenía clavado el cuchillo en el pecho cuando llegó el vecino. En el cuarto donde dormía, el abogado, asesinó a su madre.
Cuando la Policía llegó, no pudieron hacer más que resguardar el sitio del suceso. Aunque patrulleros rondaron el perímetro, no hubo rastros del paradero del parricida. Adolfo José se fue caminando hasta el sector Este y probablemente en el trayecto se fue deshaciendo de su ropa hasta quedar desnudo, para parecerse a un indigente y andar por la calle sin levantar sospecha alguna.
Cantando y recitando versículos
Poco antes de las 2:00 de la madrugada, habitantes de la carrera 2 entre calles 1 y 2 de la urbanización Nueva Segovia, comenzaron a escuchar los cantos religiosos de un hombre. Los que se asomaron por la ventana vieron que estaba desnudo; algunos reconocieron que se trataba del mismo hombre, que, elegantemente vestido, había estado deambulando y cantando himnos religiosos un día antes.
“Creo que cantaba el tema Cuando allá se pase lista… Una de las estrofas decía: Cuando la trompeta suene en aquel día final…”, dijo a El Informador una residente del sector, refiriéndose a que, lo que cantaba Adolfo, este es un tema que, en la mayoría de los casos se canta cuando alguien ha fallecido. Según la testigo, Adolfo pasó toda la madrugada cantando y predicando la palabra, caminando de un lado a otro, pero sin alejarse del frente de la iglesia Adventista del Séptimo Día.
10 horas a la intemperie
“La gente le ofreció ropa para que se vistiera, pero no aceptaba y su respuesta era que, Dios vendría a vestirlo, que Cristo lo venía a buscar”. Hasta 10 horas pasó Adolfo José frente a la iglesia, hasta que, tras varias horas de mediación, efectivos del Cuerpo de Bomberos y de la Policía de Lara, se lo llevaron hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda. Adolfo no opuso ningún tipo de resistencia. Su ex esposa se negaba a darle crédito a lo sucedido. Lo mismo ocurrió con otros familiares, mientras que, conocidos del abogado, se mostraban sorprendidos de la reacción de un hombre tranquilo, que cuidaba su apariencia y que, siendo abogado, llegó a darle clases a otros. ¿Qué le pasó, qué lo llevó a actuar de esta manera? Era la pregunta que se hacían todos los del círculo familiar y de amistades del abogado.
“Los cielos proclaman...”
En su cuenta de Facebook, de acceso restringido para desconocidos, Adolfo José Montilla Rodríguez, encorbatado, camisa blanca y con lentes oscuros, colocó en su estado el artículo “Los cielos proclaman su justicia”. Le sigue, la siguiente cita: Helix es una nebulosa con figura de ojo humano, formada por una estrella similar al Sol al igual que Alfa Centauri “A”, para los cristianos el Sol representa el Poder de Dios, “Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna” 1 Juan 1:5”.
El Departamento de Psiquiatría forense tendría la última palabra en este caso que ha conmocionado al estado Lara. ¿Es Adolfo un esquizofrénico? Eso lo definirán especialistas, pero es probable basado en el concepto que da la Organización Mundial de la Salud (OMS). “La esquizofrenia está caracterizada por un disturbio fundamental de la personalidad, una distorsión del pensamiento, ideas bizarras, percepciones alteradas, respuestas emocionales inapropiadas y un grado de autismo. Estos síntomas son experimentados en presencia de conciencia clara (y generalmente) capacidad intelectual conservada”. El término esquizofrenia fue utilizado por primera vez en 1911 por Eugene Bleuler. Traducido literalmente significa “Mente dividida o fragmentada” (esquizo-rotura, frenia-mente).
¿Imputable o inimputable?
Estas son las dos variables que se presentarían en relación con el abogado, una vez sea detenido. A través de la psiquiátrica se determinaría si Adolfo reúne condiciones de salud mental; mientras que en la psicológica, si fue o no fue consciente cuando tomó la decisión. Pese a que podrían considerar algunos que no es imputable, valga recordar el caso de la ‘Endemoniada de Valle verde’ ocurrido el 26 de enero del año 2009 en el Oeste de Barquisimeto. María Luisa Mambel Moreno, de 27 años, atacó con un destornillador a su hijo de dos años y le causó la muerte con 25 estocadas. María Luisa, algunas veces le dio por ser la Sayona, fue condenada el 8 de noviembre del año pasado a pasar 28 años en prisión por homicidio calificado.
Hubo otro caso, ocurrido en septiembre del año 1999, donde un joven decapitó a su mamá en el sector El Portachuelo, un caserío distante de Río Claro. En este caso, el parricida fue considerado inimputable, luego de estudios siquiátricos que certificaron que sufría de trastornos mentales. Otro caso del hijo que mata a su madre, ocurrió el jueves 14 de mayo del año 2009 en el sector 9, manzana D, parcela 14 del barrio La Paz. Con un bloque, Álvaro José Porteles, de 34 años, mató a su madre Chiquinquirá Rosario de Porteles, de 75 años, luego de descubrir que ella, intentaba darle entre la comida, la dosis
de medicina para su tratamiento psiquiátrico.