Por provenir de un jefe de
Estado, las palabras eran
inusuales y aun llamativas. Pero el honorable doctor Patrick Linton Allen no es un jefe de Estado más.
En efecto, el sexto gobernador general de Jamaica no solo es el primer adventista en ocupar este reverenciado puesto sino también es el primer pastor adventista en el mundo en obtener un cargo semejante. Elena White, una de las pioneras fundadoras del movimiento adventista, habló de un tiempo cuando los adventistas ocuparían altos cargos públicos, como es el caso de Allen.
Es por ello que cuando el gobernador general habla de la necesidad de un tipo particular de descanso, sus palabras tienen un significado especial, y no solo para su familia adventista.
Y continuó diciendo: “Todo se detiene. La gente sabía, antes que yo aceptara, que entre las puestas del sol del viernes y el sábado, no puedo ser molestado. Es mi tiempo de respiro y lo necesito porque es muy precioso para mí. El país lo sabe y por eso nadie me presiona para que realice actividades en ese día”.
Para un momento como este
El anuncio de la designación de Allen el pasado 13 de enero (que contó con la aprobación de la reina Elizabeth II, la real “jefa de Estado”, a quien representa el gobernador) resultó un tanto sorprendente en Jamaica, la tercera isla más grande del Caribe (235 kilómetros de largo y 56 de ancho). Los gobernadores anteriores habían sido educadores o estadistas, pero ahora es un pastor, y un pastor adventista.
Si bien en el mundo hay un adventista por cada 423 habitantes (según la cifra oficial 2007 de 6 624 528 000 habitantes), la Iglesia Adventista, de 146 años de existencia, no es tan bien conocida o comprendida como podría ser. El hecho de contar con un adventista como gobernador de Jamaica –donde la iglesia es ampliamente reconocida como el mayor grupo protestante del país, ya que un once o doce por ciento de la población es adventista– pone a la denominación a la vista de todos, no solamente en la isla, sino también en la región.
“Para muchos de nosotros, contribuye a la estima de la iglesia –dijo Derek Bignall, el pastor adventista que sucedió a Allen como presidente de la Unión de las Indias Occidentales–. Ahora sabemos que tenemos que destacarnos más en nuestra obra”.
Bignall añadió que la actitud interna ahora es: “Enderecemos los hombros y caminemos derechos, porque somos adventistas”.
El reverendo Courtney Stewart, un ministro bautista que dirige la Sociedad Bíblica de las Indias Occidentales, es un amigo de larga data de Allen, quien codirige la junta de la sociedad. La designación como gobernador general es un buen testimonio sobre este pastor adventista y las personas que representa, dijo Stewart.
Bignall añadió: “La mayor parte de la Iglesia Adventista local e internacional se siente muy feliz de que [Jamaica] pueda tener un líder de esas condiciones y capacidad, en una posición sumamente destacada en el país”
Pasos hacia el liderazgo
Las condiciones y la capacidad parecen definir la vida de Allen, que nació en la aldea de Fruitful Vale, en el distrito jamaiquino de Portland, como hijo y nieto de adventistas. Comenzó a trabajar para la iglesia en 1981, después de una década de servir al gobierno de su país. Fue pastor de diversas iglesias adventistas en Clarendon y St. Catherine, iglesias que crecieron espiritual y numéricamente. Estuvo a cargo de congregaciones de hasta mil seiscientos miembros, bautizando cientos de conversos y estableciendo varias nuevas iglesias.
Ese récord hizo que fuera llamado a colaborar como presidente de la Asociación Central de Jamaica, que en ese momento era el territorio de habla inglesa más grande en la División Interamericana. Solo dos años después, en 2000, fue elegido presidente de la Unión de las Indias Occidentales; allí cumplió sus tareas durante ocho años.
En la Unión, Allen fue responsable de liderar el crecimiento y desarrollo de la Iglesia Adventista en Jamaica, las Bahamas, las islas Turcas y Caicos y las islas Caimán. Presidió las juntas de la Unión de las Indias Occidentales, la Universidad del Norte del Caribe, el Hospital Andrews Memorial, la empresa West Indies Investment Management Ltd. (IML), la sede regional de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) y el Centro del Libro y de Nutrición. Durante estos años se establecieron dos nuevas Misiones, y un tercer campo misionero en las islas Caimán, se convirtió en Asociación. La feligresía pasó de 190 mil en 2000 a 263 mil en 2008, lo que representa un incremento del 38 por ciento.
Allen también encontró tiempo para servir a su país: fue miembro de la Autoridad Civil de Supervisión Policial; la Comisión de Supervisión de la Implementación de la Evaluación Estratégica de la Fuerza Policial de Jamaica; la Public Broadcasting Corporation de Jamaica; y sirvió como juez de paz del distrito de Manchester desde 2003.
Estos logros hicieron que Allen calificara para otro reconocimiento; en agosto de 2006, el gobierno de Jamaica le confirió el rango de Comandante de la Orden de Distinción por sus servicios a la educación, religión y trabajo social. Sir Kenneth Hall, quien entonces era el gobernador general, le entregó la distinción, sin que ninguno de los dos imaginara que Allen lo sucedería en el cargo.
Un círculo más amplio
Durante una entrevista exclusiva de cuarenta minutos con Adventist World, Allen reconoció que los jamaiquinos esperan que el hombre que atendió congregaciones, ahora pueda influir en este país de dos millones ochocientos mil habitantes.
“Desde todos los ámbitos, la gente espera que yo cumpla; saben que no tengo el tipo de autoridad administrativa para implementar cambios estructurales, pero que puedo hacer uso del poder que me ha sido conferido, que es el poder del carácter, […] para traducirlo en la clase de liderazgo que ellos estarán dispuestos a seguir”, dijo
“Mi función es motivar a las personas para que se unan a mí en la tarea de ser mentores de una generación que se convertirá en líder de la nación […]. Es básicamente en los ámbitos sociales y de liderazgo donde soy responsable de brindar orientación moral al país, de ser su mentor y de contribuir a la unión del mismo”, declaró.
Aunque los adventistas por tradición han sido cuidadosos de no mezclar las actividades de la iglesia y el Estado, un observador dijo que Allen –que renunció a su cargo de presidente de Unión para aceptar la designación de gobernador general– tiene una oportunidad única.
“Es un terreno completamente nuevo para el país, porque tenemos un verdadero hombre de Dios en el cargo principal y eso nos da la oportunidad de demostrar como cristianos qué diferencia podemos hacer en un puesto semejante. Representa un gran desafío y una gran oportunidad”, dijo Desmond Allen , editor ejecutivo del Jamaica.
Observer, quien no tiene parentesco con el gobernador general. En una entrevista que Desmond Allen le hiciera a Patrick Allen en 2005, lo puso a la vista del público sacando a luz su obra y accionar y fue catalogado como uno de los “secretos mejor guardados del país”.
Según el periodista, el líder adventista “combina las características de un hábil líder y un hombre de Dios. Queda muy claro que es un hombre de profunda fe personal y de una comprensión acabada de los asuntos de Estado”.
Este periodista afirmó que aunque “algunos pensaron que el adventismo sería impuesto, otros sintieron que necesitábamos algún tipo de brújula moral”, por lo que celebraron la designación de Allen.
Esa “buena decisión” no ha hecho que el gobernador general olvide sus raíces.
Él mismo nos dice: “Lo que hago y la vida que llevo están influidos por la iglesia. Me siento perdido lejos de ese ámbito. No tengo por qué dudar o temer; sé que tengo un fundamento sólido. Nadie me recrimina mi moral o mi estilo de vida; por el contrario, la gente lo aprecia y me mira con respeto. Todo ello es resultado de vivir según las enseñanzas de la iglesia”.
Allen dice que él y su esposa Patricia han tenido que realizar algunos cambios. “Aún no nos hacemos la idea de que otros nos tienen que servir, por lo que seguimos trabajando por los demás –dijo el gobernador general–. Como esposa de pastor y de administrador de la iglesia, Patricia siempre ha estado sirviendo a otros y ahora continúa con sus actividades benéficas, atendiendo temas relacionados con las mujeres. También podemos hacernos tiempo para nosotros cuando así lo deseamos”.
¿Extraña Allen ser pastor adventista y líder de la iglesia? “Sí”, es su sincera respuesta. Él había planeado servir a la iglesia hasta que se jubilara, pero siente que Dios lo llamó a esta nueva tarea.
“Extraño mucho, pero quiero que sepan que cognitivamente estoy seguro y confiado que esto es lo que el Señor quiere que haga en el presente. Por más que extrañe, sé que estoy sirviendo en un ámbito más amplio. La obra de la iglesia era más limitada. Donde trabajo ahora, tengo un universo vasto y abarcador, toda una Nación”.
Fuente:AdventistWorld.com
En efecto, el sexto gobernador general de Jamaica no solo es el primer adventista en ocupar este reverenciado puesto sino también es el primer pastor adventista en el mundo en obtener un cargo semejante. Elena White, una de las pioneras fundadoras del movimiento adventista, habló de un tiempo cuando los adventistas ocuparían altos cargos públicos, como es el caso de Allen.
Es por ello que cuando el gobernador general habla de la necesidad de un tipo particular de descanso, sus palabras tienen un significado especial, y no solo para su familia adventista.
Y continuó diciendo: “Todo se detiene. La gente sabía, antes que yo aceptara, que entre las puestas del sol del viernes y el sábado, no puedo ser molestado. Es mi tiempo de respiro y lo necesito porque es muy precioso para mí. El país lo sabe y por eso nadie me presiona para que realice actividades en ese día”.
Para un momento como este
El anuncio de la designación de Allen el pasado 13 de enero (que contó con la aprobación de la reina Elizabeth II, la real “jefa de Estado”, a quien representa el gobernador) resultó un tanto sorprendente en Jamaica, la tercera isla más grande del Caribe (235 kilómetros de largo y 56 de ancho). Los gobernadores anteriores habían sido educadores o estadistas, pero ahora es un pastor, y un pastor adventista.
Si bien en el mundo hay un adventista por cada 423 habitantes (según la cifra oficial 2007 de 6 624 528 000 habitantes), la Iglesia Adventista, de 146 años de existencia, no es tan bien conocida o comprendida como podría ser. El hecho de contar con un adventista como gobernador de Jamaica –donde la iglesia es ampliamente reconocida como el mayor grupo protestante del país, ya que un once o doce por ciento de la población es adventista– pone a la denominación a la vista de todos, no solamente en la isla, sino también en la región.
“Para muchos de nosotros, contribuye a la estima de la iglesia –dijo Derek Bignall, el pastor adventista que sucedió a Allen como presidente de la Unión de las Indias Occidentales–. Ahora sabemos que tenemos que destacarnos más en nuestra obra”.
Bignall añadió que la actitud interna ahora es: “Enderecemos los hombros y caminemos derechos, porque somos adventistas”.
El reverendo Courtney Stewart, un ministro bautista que dirige la Sociedad Bíblica de las Indias Occidentales, es un amigo de larga data de Allen, quien codirige la junta de la sociedad. La designación como gobernador general es un buen testimonio sobre este pastor adventista y las personas que representa, dijo Stewart.
Bignall añadió: “La mayor parte de la Iglesia Adventista local e internacional se siente muy feliz de que [Jamaica] pueda tener un líder de esas condiciones y capacidad, en una posición sumamente destacada en el país”
Pasos hacia el liderazgo
Las condiciones y la capacidad parecen definir la vida de Allen, que nació en la aldea de Fruitful Vale, en el distrito jamaiquino de Portland, como hijo y nieto de adventistas. Comenzó a trabajar para la iglesia en 1981, después de una década de servir al gobierno de su país. Fue pastor de diversas iglesias adventistas en Clarendon y St. Catherine, iglesias que crecieron espiritual y numéricamente. Estuvo a cargo de congregaciones de hasta mil seiscientos miembros, bautizando cientos de conversos y estableciendo varias nuevas iglesias.
Ese récord hizo que fuera llamado a colaborar como presidente de la Asociación Central de Jamaica, que en ese momento era el territorio de habla inglesa más grande en la División Interamericana. Solo dos años después, en 2000, fue elegido presidente de la Unión de las Indias Occidentales; allí cumplió sus tareas durante ocho años.
En la Unión, Allen fue responsable de liderar el crecimiento y desarrollo de la Iglesia Adventista en Jamaica, las Bahamas, las islas Turcas y Caicos y las islas Caimán. Presidió las juntas de la Unión de las Indias Occidentales, la Universidad del Norte del Caribe, el Hospital Andrews Memorial, la empresa West Indies Investment Management Ltd. (IML), la sede regional de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) y el Centro del Libro y de Nutrición. Durante estos años se establecieron dos nuevas Misiones, y un tercer campo misionero en las islas Caimán, se convirtió en Asociación. La feligresía pasó de 190 mil en 2000 a 263 mil en 2008, lo que representa un incremento del 38 por ciento.
Allen también encontró tiempo para servir a su país: fue miembro de la Autoridad Civil de Supervisión Policial; la Comisión de Supervisión de la Implementación de la Evaluación Estratégica de la Fuerza Policial de Jamaica; la Public Broadcasting Corporation de Jamaica; y sirvió como juez de paz del distrito de Manchester desde 2003.
Estos logros hicieron que Allen calificara para otro reconocimiento; en agosto de 2006, el gobierno de Jamaica le confirió el rango de Comandante de la Orden de Distinción por sus servicios a la educación, religión y trabajo social. Sir Kenneth Hall, quien entonces era el gobernador general, le entregó la distinción, sin que ninguno de los dos imaginara que Allen lo sucedería en el cargo.
Un círculo más amplio
Durante una entrevista exclusiva de cuarenta minutos con Adventist World, Allen reconoció que los jamaiquinos esperan que el hombre que atendió congregaciones, ahora pueda influir en este país de dos millones ochocientos mil habitantes.
“Desde todos los ámbitos, la gente espera que yo cumpla; saben que no tengo el tipo de autoridad administrativa para implementar cambios estructurales, pero que puedo hacer uso del poder que me ha sido conferido, que es el poder del carácter, […] para traducirlo en la clase de liderazgo que ellos estarán dispuestos a seguir”, dijo
“Mi función es motivar a las personas para que se unan a mí en la tarea de ser mentores de una generación que se convertirá en líder de la nación […]. Es básicamente en los ámbitos sociales y de liderazgo donde soy responsable de brindar orientación moral al país, de ser su mentor y de contribuir a la unión del mismo”, declaró.
Aunque los adventistas por tradición han sido cuidadosos de no mezclar las actividades de la iglesia y el Estado, un observador dijo que Allen –que renunció a su cargo de presidente de Unión para aceptar la designación de gobernador general– tiene una oportunidad única.
“Es un terreno completamente nuevo para el país, porque tenemos un verdadero hombre de Dios en el cargo principal y eso nos da la oportunidad de demostrar como cristianos qué diferencia podemos hacer en un puesto semejante. Representa un gran desafío y una gran oportunidad”, dijo Desmond Allen , editor ejecutivo del Jamaica.
Observer, quien no tiene parentesco con el gobernador general. En una entrevista que Desmond Allen le hiciera a Patrick Allen en 2005, lo puso a la vista del público sacando a luz su obra y accionar y fue catalogado como uno de los “secretos mejor guardados del país”.
Según el periodista, el líder adventista “combina las características de un hábil líder y un hombre de Dios. Queda muy claro que es un hombre de profunda fe personal y de una comprensión acabada de los asuntos de Estado”.
Este periodista afirmó que aunque “algunos pensaron que el adventismo sería impuesto, otros sintieron que necesitábamos algún tipo de brújula moral”, por lo que celebraron la designación de Allen.
Esa “buena decisión” no ha hecho que el gobernador general olvide sus raíces.
Él mismo nos dice: “Lo que hago y la vida que llevo están influidos por la iglesia. Me siento perdido lejos de ese ámbito. No tengo por qué dudar o temer; sé que tengo un fundamento sólido. Nadie me recrimina mi moral o mi estilo de vida; por el contrario, la gente lo aprecia y me mira con respeto. Todo ello es resultado de vivir según las enseñanzas de la iglesia”.
Allen dice que él y su esposa Patricia han tenido que realizar algunos cambios. “Aún no nos hacemos la idea de que otros nos tienen que servir, por lo que seguimos trabajando por los demás –dijo el gobernador general–. Como esposa de pastor y de administrador de la iglesia, Patricia siempre ha estado sirviendo a otros y ahora continúa con sus actividades benéficas, atendiendo temas relacionados con las mujeres. También podemos hacernos tiempo para nosotros cuando así lo deseamos”.
¿Extraña Allen ser pastor adventista y líder de la iglesia? “Sí”, es su sincera respuesta. Él había planeado servir a la iglesia hasta que se jubilara, pero siente que Dios lo llamó a esta nueva tarea.
“Extraño mucho, pero quiero que sepan que cognitivamente estoy seguro y confiado que esto es lo que el Señor quiere que haga en el presente. Por más que extrañe, sé que estoy sirviendo en un ámbito más amplio. La obra de la iglesia era más limitada. Donde trabajo ahora, tengo un universo vasto y abarcador, toda una Nación”.
Fuente:AdventistWorld.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario