Una enfermera adventista estuvo recluida en el Hospital Monte Naranco para hacer la prueba de noche
A. RUBIERA Siete mil opositores se agolparon el sábado por la mañana en la Feria de Muestras de Gijón para participar en la macrooposición de enfermería convocada por el Sespa (Servicio de Salud del Principado). Siete mil personas que sufrieron los rigores de la organización de una prueba masiva. De todos esos inconvenientes que aún colean se salvó una opositora, miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que vio atendida su petición de no ser examinada la mañana del sábado, por motivos religiosos.
Su examen se produjo casi nueve horas después de la convocatoria general, en una sala reservada en el Hospital Monte Naranco de Oviedo. Nueve horas durante las cuales la mujer estuvo recluida y controlada por personal de la oposición para evitar el contacto con cualquier persona que pudiera "soplarle" el examen.
La opositora adventista, igual que ha ocurrido ya en otras comunidades españolas y en otras ofertas públicas de empleo, se ha beneficiado de los acuerdos estatales que posibilitan atender algunas necesidades de las confesiones religiosas minoritarias en España. Y una de ellas es la que permite proporcionar a los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día otras alternativas para evitar que se examinen en sábado, dado que su religión -de raíz cristiana- contempla que desde la puesta de sol del viernes a la del día siguiente ese tiempo queda reservado para la adoración a Dios.
Así que esta aspirante tuvo que asumir que se la instalara en una sala del hospital ovetense durante horas, como contrapartida a la excepción que se hacía con ella. La reclusión, como ayer explicaba Josué Reta, pastor de la comunidad de adventistas de Asturias, "no tiene que ver con nuestra religión, sino con la forma en la que se suelen organizar estas cosas. Para evitar que hagan otra prueba diferente -que podría dar lugar a impugnaciones si se considera más fácil o más difícil que la prueba general-, lo que se hace en casi toda España es mantenerlos en alguna sala especial durante el tiempo que sea necesario hasta la puesta de sol", indicó.
Reta desconocía ayer que se hubiera dado esta circunstancia en la oposición de enfermería del sábado, de ahí que sospeche que la aspirante no es asturiana. "En nuestra comunidad somos unas 150 personas y nos conocemos todos", comenta Reta, que sí es conocedor de otros casos similares: "Ha habido peticiones para exámenes de Universidad e incluso en la prueba de MIR, y se canalizan a través de la Federe (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas). En el MIR, por ejemplo, está estipulado que a los adventistas se les reúna siempre en Madrid y quedan recluidos hasta que puedan examinarse".
La noticia de que una enfermera había hecho la prueba de oposición, sola y tranquila, en una sala del Hospital Monte Naranco se había ido comentando en los ambientes profesionales con mucha carga de dudas y de crítica. "¿Si para examinarse tienen que pedir un trato especial, qué pasará si gana la plaza y tiene que atender pacientes en sábado? ¿Será que también esperan un trato singular de la sanidad pública?", cuestionaba una enfermera asturiana. "Dejar la atención de un enfermo por el precepto del sábado sería irracional. Una cosa es buscar alternativas a ocupaciones o trabajos que pueden evitarse un sábado y otra distinta son las necesidades primarias, que por supuesto que atendemos. De hecho, nuestra Iglesia tiene muchos hospitales, sobre todo en Estados Unidos, y no se paraliza la atención los sábados", explicó Reta.
Fuente: La Nueva España
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